El insomnio es posiblemente el trastorno del sueño más frecuente en la enfermedad de Parkinson, afectando a más del 70% de los afectados. Este trastorno tiene unas consecuencias que pueden afectar en el día a día del afectado: genera cansancio, afecta a la memoria y el aprendizaje, produce somnolencia diurna y crea ansiedad.
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