La estimulación sensorial en la enfermedad de Parkinson
Autora: Lúa Márquez, terapeuta ocupacional
La estimulación sensorial se basa en ofrecer diferentes estímulos para lograr los objetivos de intervención que tenemos con las personas con párkinson como una participación activa o pasiva en las sesiones, mantener el contacto con el entorno, promover la relajación, favorecer la comunicación verbal y no verbal y reducir alteraciones conductuales, entre otros.
Para lograrlo, se propone a la persona con la enfermedad distintos estímulos con una intensidad concreta y de una duración adecuada, determinado por los terapeutas. De esta forma se exploran las diferentes alternativas y se determinan las preferencias de cada persona para así llevar a cabo una intervención individualizada. Los tipos de estímulos que se valorarán son visuales, auditivos, táctiles, propioceptivos (sensaciones del propio cuerpo), olfativos, gustativos, etc. Tras realizar la exploración de los distintos sistemas sensoriales, se establecen las líneas de intervención más adecuadas para cada persona teniendo en cuenta preferencias y necesidades específicas.
La intervención mediante estimulación sensorial siempre se realizará evitando exponer a la persona a estímulos nocivos o que sean desagradables, ya que se pretende lograr relajación e interacción con el entorno de forma segura y cómoda. Para llevar a cabo las sesiones se utilizarán objetos de la vida cotidiana de la persona para así favorecer la integración en su propio entrono.