Un 40 % de las personas diagnosticadas con párkinson son mujeres en distintas edades reproductoras. Los estudios arrojan que, hasta ahora, la investigación genética del párkinson se ha centrado en poblaciones masculinas, blancas y de edad avanzada. Anecdóticamente, sabemos que muchas mujeres batallan para obtener un diagnóstico, especialmente las más jóvenes, que a menudo son consideradas demasiado jóvenes y demasiado femeninas, siendo alejadas del dibujo del párkinson que la mayoría
identifica.
Según la Parkinson’s Foundation, diversos estudios muestran que las mujeres son diagnosticadas menos a menudo, suelen minimizar sus síntomas, reciben una menor calidad médica, obtienen un menor apoyo social y presentan un considerable grado de malestar psicológico afrontando así un reto mayor cuando se logra un diagnóstico.
El estudio español del proyecto COPPADIS refleja que existen diferencias entre síntomas de párkinson por sexos, ya que las mujeres tienden a desarrollar una discapacidad funcional en actividades diarias y el hombre una mayor de los síntomas motores. Las mujeres padecen de forma más frecuente depresión, fatiga y dolor, mientras que los hombres sufren más problemas de habla, rigidez, hipersexualidad y expresión facial. El Instituto Neurológico Nacional Fondazione Mondino, en Italia, también establece confirma esta diferencia, puntualizando que el sexo femenino presenta más cambio de peso, sudoración excesiva y pérdida de gusto y olfato versus el sexo masculino que padece más alteraciones en la postura, rigidez y un temprano deterioro cognitivo.
FUENTE: Con P de Párkinson