Autora: Susana Donate, neuropsicóloga clínica
Cuidar de una persona dependiente en casi todos los momentos del día es una tarea agotadora, exigente pero también aumenta nuestro sentido altruista, mejora nuestra autoestima al sentirnos útiles y, en muchos momentos, nos hace sentir emociones como amor, ternura, cariño hacia la persona a la que damos esos cuidados. Puede sacar lo mejor de nosotros mismos.
Pare llevar a cabo un cuidado inteligente, amoroso y respetuoso os proponemos 9 pautas:
- Estamos viviendo una etapa de incertidumbre, por lo que conviene estar informado a través de los medios adecuados para aprender a manejar esta situación.
- Fomenta tus puntos fuertes, esos que nos han ayudado durante estos años a sobrevivir y lograr nuestras metas: curiosidad, valentía, positividad, persistencia, solidaridad, cooperación, gratitud, perdón.
- Planifica el día y fomenta tus rutinas: horarios de comida, aseo, actividades, teletrabajo… Diferencia los días de diario y el fin de semana para equilibrar tus obligaciones con tus hobbies.
- Mantén contacto con familia y amigos gracias a la tecnología. Comparte con ellos juegos, conversaciones, preocupaciones…
- Desarrolla tu creatividad, tu curiosidad y aprende desde una receta nueva de cocina a tocar un instrumento musical, comienza a realizar ejercicio, etc.
- Permite dejar fluir tus emociones (tristeza, enfado, miedo, alegría…) una vez al día por un tiempo limitado. Puedes hacerlo con algún familiar o amigo en un momento del día al que llamaremos “tiempo de la queja” para poder “despotricar”. Después, seguiremos con nuestras tareas y actividades programadas.
- Cuídate buscando tu espacio y tiempo para hacer lo que necesitas y más te gusta: descansar, dormir, meditar, respirar, hacer ejercicio, disfrutar de un plato de comida, tus aficiones, alguna actividad de ocio, etc.
- Pide ayuda y apoyo en quienes te rodean. No dudes en buscar cómo cubrir, no solo las necesidades de la persona que cuidas, sino las propias.
- Ríete, haz reír. Usa el sentido del humor, ya que nos reconforta y relaja.
Sobreviviremos, sin duda. Y después, seremos más fuertes. ¡A por ello!
Gracias a la colaboración de