El párkinson era una enfermedad lejana que ahora te afecta muy de cerca. Tu labor de ayuda y apoyo es fundamental. ¿Cómo puedes ayudar a esa persona tan querida?

Anímale a normalizar su vida y a no abandonar sus rutinas, así como a seguir una vida saludable. Si eres su cuidador, busca tiempo para ti retomando alguna acción o costumbre que te gustaba.

Respeta sus tiempos a la hora de acercarse a la enfermedad. Cada uno lleva su ritmo.

Una vez que esté decidido, acompáñale a informarse y asesorarse sobre la enfermedad: evolución, problemas relacionados, sobrecarga emocional…

Ayúdale a buscar recursos adaptados a su situación personal y familiar (ayudas, teleasistencia, cuidadores profesionales, centros de día y residenciales…).

Infórmale de los beneficios del ejercicio físico y las terapias de rehabilitación como parte fundamental de su tratamiento. Si eres su cuidador principal, cuida tu salud, principalmente tu espalda a través de terapias (musicoterapia, taichí, pilates, podología) y masajes que podrían aliviar tus molestias y servirte de desconexión.

Fórmate en la enfermedad, trastornos asociados y cuidados. Te proponemos talleres y conferencias gratuitas mensuales, además de cursos presenciales y online.

Si eres cuidador, puedes solicitar ayuda si estás desbordado y no aceptas tus limitaciones. Podrías precisar apoyo psicológico.

Apoya la investigación en la enfermedad y ayúdanos a mejorar la calidad de vida de los afectados haciéndote socio simpatizante (3 euros/mes).