Los síntomas y la farmacología y sus efectos secundarios pueden interferir en la vida sexual de un paciente con párkinson. Algunos de los trastornos más frecuentes son la hipersexualidad o falta de control de impulsos sexuales. Pero también se puede ver mermado el impulso sexual debido a la dificultad de movimientos, incontinencia urinaria o trastornos psicológicos como la pérdida de autoestima. Ante cualquiera de estos problemas, lo más recomendable es informar a su neurólogo.