La Federación Española de Párkinson (FEP) asegura en su ‘Estudio sobre impacto social y económico de la COVID-19 en párkinson’ que el 80 % de las asociaciones han visto reducidos sus ingresos debido a la no concesión de subvenciones, la disminución de ingresos por servicios y cuotas de socios y el descenso derivado de los ingresos por donaciones.
La brecha digital y el mido al contagio han dificultado que las personas vuelvan a solicitar los servicios.