Científicos de la Universidad de California, en Los Ángeles, aseguran en un estudio realizado en peces cebra que la contaminación producida por los gases de los coches diésel podría dañar las células cerebrales, contribuyendo a desarrollar enfermedades como el párkinson. Estos gases podrían favorecer la acumulación de la alfa-sinucleína en el cerebro.
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