Un artículo de científicos de las universidades de Edimburgo y Dundee publicado en la revista ‘Cell Reports’ señala que el probiótico Bacilus subtilis podría evitar la formación de los grupos tóxicos que privan al cerebro de la dopamina, el neurotransmisor que se ve afectado en el párkinson. El siguiente paso será confirmar los datos en modelos de ratones.