Según un estudio de la Universidad de Guadalajara, ciertos nutrientes (vitamina C, A y E, ácido fólico y omega 3) y una alimentación saludable pueden ayudar a generar resistencia a enfermedades neurodegenerativas como el párkinson, así como a que el tratamiento farmacológico sea más eficiente, ya que fortalece el proceso cognitivo. Por lo tanto, se recomienda hidratarse a lo largo del día, consumir una alimentación casera lo más natural posible y evitar alimentos procesados (ricos en sal, grasas saturadas y azúcares).