Científicos de la Universidad Thomas Jefferson, en Estados Unidos, han descubierto que las personas con párkinson tienen menos GM1, una molécula gangliósida, en la parte del cerebro más afectada por la enfermedad: la sustancia negra. El trabajo, publicado en ‘Scientific Reports’ los expertos han mostrado que administrar dosis diarias de GM1 a animales que producen en exceso la alfa-sinucleína inhibe los efectos tóxicos de esta proteína. Además, el tratamiento también revirtió algunos de los primeros síntomas motores.