¿Cómo mantener tu vida sana en la desescalada del COVID-19?

Autor: Ángel Luis Pinto, psicólogo de la Asociación Parkinson Madrid

Estamos viviendo una situación histórica, un estado de alarma a nivel nacional e internacional que sentará precedentes y de la que contaremos muchas historias. Pero, hasta que lleguemos a contar esas historias, ¡hay que sobrevivir lo mejor posible! Los estudios ya hablan de las consecuencias de que una persona permanezca encerrada en su domicilio la mayor parte del tiempo: problemas de sueño, de higiene, episodios de confusión, bajada del estado de ánimo, cuadros de ansiedad… ¿Qué hacer para evitar estos síntomas?

La mayoría de estos síntomas aparecen por abandonar nuestras rutinas diarias. La clave para cuidar tu vida, es que atiendas las siguientes áreas básicas: higiene, descanso y alimentación. ¿Llevas días en pijama? ¿Te duchas una vez a la semana? ¿Pasas 10 horas sentado al día? ¿Comes dulce con mucha frecuencia? Te proponemos estas pautas para llevar una vida saludable en casa.

  1. Higiene. Tiene dos componentes: salud física y salud emocional. Hay que mantener buenos hábitos de higiene para prevenir infecciones, malos olores, problemas de la piel, etc. Pero también hay que tener buena higiene para sentirse bien. Ponernos ropa limpia y que nos guste nos hace vernos bien, nos sube la autoestima. Una ducha caliente, nos relaja. Echarnos colonia y peinarnos, nos anima.
    Por estos motivos, te proponemos las siguientes pautas diarias:
    • ¡Agua va! Dúchate una vez, mínimo, cada dos días. Los días que no te duches, igualmente, aséate todo lo que puedas.
    • “Sombra aquí y sombra allá… ¡Maquíllate, maquíllate!” Es importante que te veas bien, con buena imagen. Péinate, aféitate, maquíllate, ponte alguna joya o complemento, etc. Sin excesos, pero un toque, para que el espejo te devuelva tu mejor versión.
    • ¡Desfile de moda! Cambia de ropa. Después de asearte, ponte una ropa diferente al pijama. Ponte colores vivos y que te gusten.
  2. Descanso. El sueño es fundamental para el organismo. Sabemos que, en la enfermedad de Parkinson es frecuente tener problemas en este ámbito. Al permanecer en casa casi todo el día, podemos notar apatía y sentir un cansancio generalizado. Esto suele suceder cuando el cuerpo pasa periodos de baja actividad prolongados. Para evitarlo, tenemos que tener una rutina activa y una buena higiene del sueño. Os proponemos las siguientes pautas:
    • ¿Qué hora es? Establece un horario en casa. Acordad un horario para levantaros, para acostaros, para las comidas, para salir a pasear o a hacer deporte, etc. Cuanto más concreto, mejor. Es una buena estrategia de combatir la apatía y nos ayuda a tener un orden vital.
    • La regla del 6-8/24. Para un adulto, lo recomendable es dormir un mínimo de 6 horas y un máximo de 8 a lo largo de las 24 horas. Por tanto, si duermes 4 horas por la noche y 2 horas de siesta, cumples la regla. Siempre que esta cantidad sea reparadora y sientas energías, ¡cúmplela!
    • Regularidad. Para favorecer el ritmo de sueño de tu cerebro, edúcalo. Acuéstate y levántate siempre a la misma hora.
    • Relajación previa. No hagas actividades estimulantes antes de dormir. Haz cenas ligeras, que faciliten tu digestión. No comas azúcares, ni cafeína, ni teína, ni fumes en las 2 horas antes de dormir.
  3. Alimentación. En este estado de alarma quizás no bajes al mercado a diario, lo que te obliga a hacer compra para varios días. Con este cambio de hábito, corremos el riesgo de comer peor. Vamos a ver cómo evitarlo:
    • Creatividad. Busca recetas nuevas, platos que te guste comer, recetas exóticas que hayas probado fuera de casa, etc. Añade nuevos ingredientes a tu lista de la compra.
    • Equilibrio. Intenta mantener tu dieta bien balanceada. La base siempre será agua, fruta y verdura, e irás añadiendo legumbres, pasta, pescado y carne. Evita comer alimentos “poco interesantes” para tu organismo: patatas fritas, chocolates, etc.
    • 5 veces al día. En el horario que vas a hacer incluye 5 momentos para comer: las 3 principales comidas y dos más, en los que picar una fruta o un puñado de frutos secos. Así evitamos la sensación de hambre, y tenemos más activo nuestro sistema digestivo.

Ve añadiendo las pautas anteriores poco a poco. Añade una, interiorízala, y añade otra diferente. Intenta ser flexible, detecta qué cosas puedes mejorar, pero sin culparte por ellas. No pasa nada si un día “pecas” y duermes más de la cuenta, no te aseas como el día anterior o comes más de la cuenta. ¡A por ello!

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